jueves, 14 de mayo de 2015

Ladras o mueres

de Luna Miguel



También he visto a los mejores cerebros de mi generación
destruidos por el emoticono. 

He visto sus rostros inexpresivos.
He leído sus poemas fotocopiados. 

No conozco su violencia 
pero intuyo un nuevo aullido. 
Un grito seco.
Un grito de amor.  

Porque también he amado a los mejores cerebros de mi generación: 
los he besado y masticado,
los he deseado tanto. 

Cerebros que vienen del cielo 
cegados por una luz que no parecía suficiente
y que ahora quema la entraña
de mis antiguos versos. 

Cerebros que he sido y cerebros que seré. 
Drogas que he consumido. Medicinas. 
Besos que he rechazado y que ahora necesito. 
Sesos de animal que mi madre cocinaba
antes de cambiar de ciudad
y dejar
las cucarachas del armario
en el olvido. 

Cerebros recitando de memoria.
Cerebros escribiendo de memoria. 
Ignorantes neuronas
vomitando de memoria.

He visto la generación a la que pertenezco y apenas la soporto. 
He visto a mi generación renegar de la literatura. 
La he visto y no me interesa.
La he visto y me parezco demasiado. 
La he visto muerta. 

                                                           del libro Poetry is not dead, de DVD ediciones